miércoles, 30 de septiembre de 2015

TAXI A MANHATTAN

¡Feliz otoño bloggers!

¿Qué tal la vuelta al cole? A mí me ha costado horrores, sobre todo el retorno de los madrugones, pero al menos empiezo con muchas ganas y entusiasmo :)

Ya que la última entrada fue un poco distinta a lo que os traigo habitualmente, hoy os voy a enseñar uno de los sitios más increíble que podáis encontrar en Madrid. ¡Abrochaos los cinturones que arrancamos!

Os presento el Taxi a Manhattan, un restaurante de lo más cool en pleno centro financiero de Madrid. Se encuentra en la calle Basílica 17 (metro Nuevos Ministerios L6, 8 y 10) y tienen una web maravillosa donde podéis consultar la carta, precios, hacer reservas, cotillear fotos, etc.

Conocía este sitio por una amiga de la uni que había ido un par de veces y fue toda una alegría cuando Tony decidió darme la sorpresa de ir para celebrar mi cumpleaños junto con mi padre. Para que todo saliese a la perfección llamó con unos días de antelación para reservar una mesa "especial", pero por desgracia cuando llegamos al restaurante habían "traspapelado la reserva" y no teníamos sitio. Mi cara de disgustó debió de ser un poema ya que cuando nos disponíamos amarcharnos nos dijeron que podían hacernos un huequito en la terraza. Obviamente mi cara pasó de :__( a :D, ¡jeje!

El local por dentro es espectacular: tanto por sus amplios espacios, como por su decoración moderna con un toque industrial, como por el buen ambiente que se respira, como por... bueno, todo en general. Me encantó todo mucho y me enamoré de los mil y un neones.

No falta detalle, ¿verdad?

Aunque os pueda parecer un restaurante americano más, os va a sorprender la carta tan interesante que tiene. Vais a encontrar unos entrantes para chuparse los dedos, espectaculares carnes e incluso algo de la gastronomía asiática, italiana y latina.

Nosotros decidimos empezar la noche con unos huevos trufados con patatas paja y virutas de ibérico, ya que parecía un plato al gusto de los tres pero con un toque elegante. ¡Y acertamos de lleno! Sin duda fue uno de los triunfadores de la noche tanto por el sabor como por el tamaño: nos encantaron, no dejamos ni una patatita.

¡Madre mía! ¡Quién pillara ese platazo de nuevo!

A continuación vinieron los principales.

Mi padre, que es más tradicional que un schotis, pidió el lomo de buey al carbón y resultó exquisito: perfecto el punto de la carne y un sabor de quitar el hipo. La única pega es que no nos avisaron de que llevaba guarnición de pimientos y a mi padre el pimiento le sienta fatal. Como ya no se podía hacer nada, los apartó, pero ya sabéis que una vez que el pimiento toca otro alimento, éste se impregna de su sabor, por lo que no disfrutó al 100% de su plato.

¿Por qué gustarán tanto los pimientos?

Yo elegí los tacos de salmón, pero no quedaba, así que al final escogí el tartar de atún con aguacate. Adoro el pescado crudo y adoro el aguacate, así que os podéis imaginar lo que disfruté con el tartar. Rico, rico, rico. Una textura magnífica y el aderezo una delicia. Cuando volvamos, es probable que repita, ¡jeje!

Lo veo y se me hace la boca agua

Y Tony se decidió por el ceviche de corvina y langostino con leche de tigre. Me gustó mucho porque la leche de tigre no le robaba el protagonismo al pescado y se podían distinguir todos los sabores. De nuevo, un acierto.

Aunque la presentación no me convence, el ceviche estaba de escándalo

Y sí, tomamos postres, que una comida o cena sin dulce no sabe igual. El camarero que no atendió (un chico con acento ¿andaluz? súper amable y atento) nos recomendó el fresamisú, que como os podéis imaginar, es como un tiramisú pero con fresa. Además, para satisfacer todos los paladares presentes, pedimos un coulant de chocolate.

Lo cierto es que no sabría con cuál quedarme: ambos estaban deliciosos, nada empalagosos y a la perfecta temperatura (sí, odio que las cosas lleguen a la mesa excesivamente frías o calientes).

Fresanisú, coulant. Coulant, fresamisú.

Cositas que añadir: que como ya he dicho antes nos atendieron estupendamente y con mucha diligencia, que a pesar de todo la terraza resultó de lo más agradable y que estoy deseando volver, ¡jeje! La relación calidad precio me parece genial ya que por una cena como la nuestra podéis salir a unos 25€ por persona (incluyendo pan y bebidas), así que más ajustado no puede estar. Además, si vais a diario tenéis menú del día (por 12€ si no me falla la memoria) y también os podéis tomar una copa o un cocktail después del trabajo o antes de salir de fiesta.

Valoración general: un 9. Fue una noche magnífica, la comida me dejó boquiabierta y el precio mucho mejor de lo que esperaba, pero el fallo de la reserva no me deja darles el 10 que me hubiese gustado.

Y aquí se acaba la entrada de hoy. Espero que os haya gustado, que os haya abierto el apetito y que si tenéis ganas de ir a un restaurante cool y atrevido le deis una oportunidad a Taxi a Manhattan, ¡merece la pena!

Un beso grande a todos y nos vemos en la próxima entrada.

Carolina.

Así de feliz acabé la noche. Mil gracias a Tony y a mi padre por hacerla tan especial ^^

viernes, 4 de septiembre de 2015

FRIENDS OF GLASS

¡¿Qué pasa bloggers?!

¡¡Feliz vuelta al cole!! Espero que hayáis pasado un verano estupendísimo y que hayáis descansado y disfrutado tanto como yo. Qué rápido pasan estos meses, ¿verdad?.

A mí me ha dado tiempo a hacer un montón de cosas y hoy os cuento una de ellas.

A principios de Julio me ofrecieron la posibilidad de asistir a mi primer evento blogger, un "gastroevento" como digo yo. Como os podéis imaginar, me hizo muchísima ilusión y pasé los días previos con un montón de nervios, ¡jaja!.

Y por fin llegó el momento.

Para entrar en calor me dijeron que tenía que ir al Kitchen Club y ya estaba que no me sujetaban las piernas, ¡jaja!. Conozco este sitio porque una amiga dueña de un restaurante (del que ya hablaré algún día) ha estado varias veces y siempre me ha contado maravillas, pero para mí, por unos motivos u otros, siempre ha sido bastante inaccesible.


Sí, la foto no es preciosa, pero es la entrada al Kitchen Club, lo prometo

Y ahí estaba yo, de los nervios y feliz. Por suerte, nada más llegar conocí a Sergio, el que fue mi sensei durante toda la velada y que consiguió que no me muriese de vergüenza ante tanta gente (sí, soy tímida, y mucho). Tiene una web súper chula llena de recetas de todo tipo además de consejos y otras cosas, que os recomiendo visitar muy mucho.

Tras un breve (pero delicioso) picoteo comenzó el evento.

Lo organizaba Friends of Glass que, como ellos dicen, es un movimiento de personas concienciadas con el medio ambiente que defienden las ventajas del vidrio frente a otros materiales.

Todo el que me conozca mínimamente sabe que todo lo relacionado con ecología, medio ambiente, reciclaje, etc, me interesa muchísimo, así que la charla que nos dieron al comienzo me pareció realmente interesante. Destacaron que al ser un material inerte y natural, ayuda a proteger la salud y conserva los sabores (si tenéis botellas de plástico, directas al contenedor amarillo). Además es completamente reciclable por lo que es 100% ecológico. Se puede meter en el horno, en el microondas, es resistente y duradero.. Lo dicho, pasaos al vidrio.

Ah, en la web tenéis un test muy cortito acerca de vuestros gustos y costumbres que os dirá qué sabor os identifica. A mí me salió fresco (que no fresca, graciosillos), ¡hacedlo y me contáis!


¡A descubrir sabores!

Y eso es lo que hicimos, descubrir sabores, puesto que la segunda parte del evento fue una cata de trampantojos la mar de divertida. Por si alguien se lo pregunta, un trampantojo es una elaboración con aspecto de algo que realmente no lo es. Algo así como el melocotón en almíbar con nata que hacíamos de pequeños simulando un huevo frito, pero más cool (y bastante más rico).


En todo momento estuvo con nosotros Carlos Pascal, un chef increíble que además de guapo y majete cocina como los ángeles. Se encargó de contestar a todas nuestras preguntas y nos fue presentando cada plato representante de un sabor distinto.


Dadme un cuchillo y moveré el mundo, ¡jeje!

[[¡¡Intentad averiguar los trampantojos!! Tenéis la solución al pie de cada foto :) ]]

Empezamos con un sabor aparentemente aburrido, el soso, pero que no os engañe, este falso yogur con fruta estaba bien rico.

Crema de coliflor y patata con mermelada de remolacha.

Lo siguiente que probamos fue un delicioso champagne muy, muy fresco. ¿Alguno adivina lo que es?

Agua de gazpacho y espuma de pepino

A continuación llegó el salado: un chupa chups bien sabroso.

Foie relleno con nuez y cubierto con gelatina de frutos rojos

El ácido es uno de mis sabores preferidos y este ceviche me dejó boquiabierta.


Falsos palitos de cangrejo de corvina y remolacha

El picante no es uno de mis fuertes pero sashimi de atún superó todas mis expectativas.


Sandía macerada en salsa de soja

A lo mejor el amargo no es de vuestros sabores preferidos, pero os aseguro que esta guindilla estaba para chuparse los dedos.

Chocolate (90%) con gelatina de frutos rojos y tierra de brownie

Y para acabar, uno de los más esperados, el dulce: doble hamburguesa con queso.

Macaron con nutella, gelatina de mango y patatas de manzana

Auténticas delicias, ¿verdad? Estaba todo muy, muy bueno y sin duda alguna fue una experiencia sorprendente.

Antes de irnos a casa nos deleitaron con algunas elaboraciones más (¡aún sueño con la tarta que queso!) y nos obsequiaron con una bolsa para reciclar vidrio, una monísima caja con alimentos representativos de cada sabor, un delantal (que a mi chico le queda que ni pintado, ¡jeje!) y pudimos cocinar el falso yogur.

¡Regalos, regalos!

Antes de despedirme quiero darle las gracias a Carlos, ya que gracias a él pude participar en este maravilloso evento, y también a todo el personal de Kitchen Club por lo atentos que fueron en todo momento y a Friends of Glass, porque creo que hacen una labor realmente buena tanto para los consumidores como para el medio ambiente.

Feliz como un regaliz :D

Ahora sí que me despido. Un beso muy, muy grande a todos y mil gracias por leerme.

¡Feliz final de verano!

Carolina.

P.D. Más de 28.000 visitas. ¡Sois increíbles!